Mientras el gobierno sigue sin paralizar aquellos servicios y actividades no esenciales, mientras la cifra de fallecimientos sigue creciendo, alcanzando la cifra récord de 738 muertes el pasado miércoles, mientras el personal que trabaja en los hospitales sigue enfrentándose a este virus terrible sin las medidas de protección adecuadas, desde la CGT queremos mandar un mensaje claro:
Lo primero es la salud. Aquellos que deban ir a trabajar, por fuerza mayor, deben garantizarles los medios adecuados de protección contra el Covid-19. Porque algo es de sentido común: la lucha contra la transmisión es una cuestión prioritaria para salir de esta crisis, mucho más prioritaria que defender los intereses de las empresas. Por ello deben tomarse las medidas necesarias para que la transmisión del virus no siga incrementándose. Cada vez que una persona tiene que asumir el riesgo de salir a la calle, de coger un transporte público, o cada vez que se entra a un centro de trabajo que no cumple con las medidas de protección y seguridad adecuadas, lo que se está promoviendo es incrementar aún más la carga de trabajo, ya de por sí inabarcable, del personal que trabaja en los hospitales.
Por ello, es una cuestión de extrema urgencia paralizar la actividad en todas las empresas y servicios no esenciales para la vida de las personas o, cuando menos, que se cierren con carácter inmediato todos los centros de trabajo que no cuenten con las medidas de seguridad emitidas por el Ministerio de Sanidad.
Por otra parte, y para salir en ayuda del personal que trabaja en los hospitales primordialmente, así como a las personas más necesitadas, habría que reconvertir la producción en todas las empresas donde sea técnicamente posible, para que fabriquen los materiales necesarios para luchar contra el coronavirus. No basta con hacer palmas en los balcones a las ocho de la tarde: hay que dar la debida protección a quienes la necesitan y reclaman desde hace días. El propio colectivo sanitario está alertando de que los médicos y enfermeros pueden convertirse en una fuente importante de contagio si no se toman medidas urgentes para garantizar su seguridad ya.
Es momento de implementar una Renta Básica de las Iguales (REBis). No podemos dejar a quienes no tienen recursos en la estacada, ni es permisible que la factura de todo lo que está ocurriendo vuelvan a pagarla los de siempre: la clase trabajadora. Las personas deben tener garantizado un techo y unos ingresos mínimos que les permitan alimentarse o comprar medicamentos tanto a ellas mismas como a sus familias.
Por último, esta crisis sanitaria confirma trágicamente que los Servicios Públicos básicos para la vida no debieron ser nunca privatizados (sanidad, enseñanza, dependencia y cuidados, etc.), ni tampoco recortar las partidas económicas que los sustentan, por lo que exigimos el retorno inmediato de dichos servicios privatizados al ámbito de lo público, a lo que es de todos y todas, además de dotarlos económicamente de forma adecuada y suficiente.
Porque es Justo, Urgente y de Sentido Común.
Secretariado Permanente del Comité Confederal