El 28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, es uno de esos días que para muchas organizaciones y personas, pasan desapercibidos en el calendario. Para CGT este día tiene mucha importancia, ya que, día a día, trabajamos muy a fondo en materia de seguridad y salud laboral para poder mejorar las condiciones de trabajo y reducir la accidentabilidad que tanto nos preocupa y que tan gravemente afecta a las personas trabajadoras.
La situación post-pandemia no ha mejorado la relación con la existente en 2019. Todavía miles de personas trabajadoras tienen problemas para que se les reconozcan los accidentes de trabajo o las enfermedades profesionales, y son miles de personas las que, por miedo a represalias, acaban tramitando dichos accidentes y enfermedades como bajas médicas por contingencias comunes. Estas situaciones no solo suponen una pérdida económica para la persona trabajadora, sino que suponen un fraude a la Seguridad Social, ya que esos procesos de baja terminan siendo abonado con dinero público, mientras las mutuas siguen haciendo negocio.
Por un lado, es necesaria una mayor inversión en recursos para que se lleve a cabo la protección de los trabajadores mediante medidas preventivas por parte de las empresas, con una ampliación de los recursos existentes y una vigilancia continuada, real y eficaz de las Administraciones.
Por otro,lado, y ante los datos expuestos, la aplicación inmediata del Real Decreto 1698/2011 aprobado por el Gobierno de Zapatero. La no aplicación de los Coeficientes Reductores en la edad de jubilación, en algunos sectores, está elevando las cifras de mortalidad y accidentabilidad en los rangos de edad más elevados, a la vez que está aumentando el número de enfermedades profesionales en estos sectores.
Para evitar más accidentes laborales, este 28 de abril, desde CGT volvemos a insistir en la necesidad de aplicar tanto estas como otro tipo de medidas con carácter urgente. Recordamos a las Administraciones y a los diferentes Gobiernos que estamos hablando de la salud de las personas trabajadoras, de accidentes de trabajo que acaban con la vida de cientos de personas y lesionan gravemente a miles, de fraude por parte de las empresas en los procesos de bajas, etc. En definitiva, de omisiones que hacen que sea, de nuevo, los trabajadores quienes lo paguen con su propia salud e incluso con su vida.