Los empleados de Deutsche Bank llevan demostrando durante muchos años su valía con profesionalidad, dedicación y esfuerzo. Han sufrido situaciones económicas “nunca vistas”, una pandemia, cambios organizativos, cierre de oficinas y noticias negativas malintencionadas sobre nuestra entidad.
Tras el cambio en la Dirección, se inició una nueva etapa en DBSAE que para muchos fue una gran motivación, con la esperanza de que se produjese un cambio en la política de gestión del personal. Transcurrido un margen de tiempo razonable, vemos que nada ha cambiado respecto a ello.
La sensación de pertenencia al banco por parte de los empleados cada vez es menor (las encuestas así lo indican), sensación que se ve incrementada por la incertidumbre sobre el futuro de los empleados en el caso de la Red de oficinas y sus posibles efectos en Servicios Centrales.
Adicionalmente, la plantilla reclama más transparencia y objetividad respecto a la retribución variable vs consecución de objetivos, así como una correcta valoración económica de sus puestos de trabajo de acuerdo a su rol.
Como colofón a este malestar de la plantilla, las propuestas solicitadas para mitigar el impacto de la subida del euríbor no fueron aceptadas por la entidad y las medidas que tomó el banco, ni incluyen a todos, ni son acordes con lo que gran parte de la banca ha ofrecido a sus empleados.
Apenas un 3% del total de empleados con hipoteca en DB se ha acogido a las soluciones ofrecidas por el banco (novaciones y refinanciaciones). La revisión del mes de junio está a la vuelta de la esquina y va a ahogar aún más a muchos compañeros.
Por todo ello, desde CGT pedimos que la entidad esté a la altura de los empleados y ofrezca soluciones reales a sus problemas.