Una vez más, la clase política, la patronal y los sindicatos verticales se han unido para atentar contra los trabajadores, invisibilizando y silenciando aún más las desigualdades que sufrimos las mujeres.
La reanudación paulatina de la actividad en los servicios no esenciales, la estafa del permiso retribuido recuperable, el teletrabajo reconocido como medida de conciliación y no como medida preventiva para evitar la exposición al contagio del Covid 19, la omisión de permisos retribuidos para conciliar, las escasas medidas de protección en los centros de trabajo y la pérdida de empleo que ha derivado en muchos casos en la perdida de la vivienda, han azotado con mayor intensidad en los sectores feminizados y en consecuencia sobre las mujeres y las familias monomarentales, sometiéndonos al aumento de todas las brechas que sufrimos por el hecho de ser mujer y trabajadoras.
Visibilizar las desigualdades que sufrimos es imprescindible para tomar conciencia hacia esa transformación por un mundo libre e igual.
Una vez más, las mujeres nos hemos autoorganizado para cubrir todas esas carencias que las administraciones no han sido capaces de resarcir. Nosotras mismas hemos creado redes de apoyo para ayudar a las personas vulneradas, a las mujeres que han sido encerradas con su maltratador y a todo ese gran sector integrado por mujeres que forma parte de la economía sumergida y son olvidadas por los medios de comunicación y los estados.
Queremos otro mundo, pero no esta nueva normalidad. Un mundo en el que la igualdad no sea una utopía, sino esa realidad que las mujeres luchamos por construir.